En los últimos 5 días he madurado lo que no maduré en 3 años. Yo, más que nadie, detesto darle vueltas a los asuntos. Soy directa y me gusta ser así. Aprecio a la gente que es así también y suelta la sopa sin mucho rodeo. Sin embargo, no siempre es fácil decir las cosas, especialmente por lo que implican; todos los actos tienen consecuencias y las decisiones, a su vez, pros y contras, ustedes saben. Por eso, me tomó tanto tiempo decidirme a hablar. En realidad, el acto de hablar en sí, no fue una decisión, fue involuntario, y aunque soy muy cuidadosa con mis palabras, no lo pude evitar, ¡ni siquiera lo vi venir! y salió algo así:
"ME SIENTO UNA INÚTIL HACIENDO ESTO, NO ME GUSTA. QUIERO CAMBIAR DE CARRERA."
What?!
Ni yo lo sé, amigos. No sé cómo salió eso pero me quité un peso que llevaba cargando desde el primer día de clases. Estoy aliviada porque siento que ya no vivo en una mentira, ser sincero con uno mismo es tan importante como ser sincero con los demás. De todas maneras, eso no me quita la ansiedad de saber que estoy empezando otra vez, que estoy dejando una de las mejores universidades del país (la UIS) y una carrera a la mitad. También sé que ya no me va a salir tan barato, que voy a tener que trabajar o hasta endeudarme pero aún con todo eso, lo prefiero mil veces ¿Que la paga es mala, que no tiene salidas en este país? Ya lo escuché muchas veces y no me interesa. Voy a ser feliz. Soy feliz en este momento, pensando en lo que puedo hacer.
No sé si en el futuro me arrepienta, pero creo que no porque si de algo me arrepiento es de no haber tomado decisiones por miedo. Por fin entendí que esta es mi vida, no la de otros y que si fracaso o tengo éxito es cosa mía.
Siempre he tenido esta personalidad que la gente (y yo misma) ha confundido con sumisión pero me estoy dando cuenta de que soy tan terca y que cuando se mete una idea en mi cabeza nadie me la quita. Lo mismo cuando me propongo lograr algo y esta es una de esas veces.
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